Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la actividad de organismos pretéritos.1 Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por diagénesis) o deformaciones (por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de la paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y la tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización.
Sistema esquelético de los peces oseos
Sistema esquelético El esqueleto interno de los osteíctios está calcificado, con la excepción de los esturiones , que es cartilaginoso. Está compuesto por el esqueleto axial (columna vertebral), el esqueleto cefálico (cabeza), el esqueleto zonal (las dos cinturas que se anclan a las aletas pelvianas y torácicas respectivamente) y el esqueleto apendicular (aletas). Esqueleto generalizado de un osteíctio. 1 Maxilar, 2 Arco hioideo, 3 Dentario, 4 Órbita ocular, 5 Hueso de la órbita ocular, 6 Preopercular, 7 Subopercular, 8 Interopercular, 9 Opercular, 10 Huesos de la cintura escapular, 11 Aletas pectorales, 12 Huesos de la cintura pélvica, 13 Aletas ventrales, 14 Columna vertebral, 15 Apófisis vertebral superior, 16 Apófisis vertebral inferior, 17 Costillas ventrales, 18 Costillas dorsales, 19 Pterigóforos de las aletas dorsales, 20 Pterigóforos de la aleta anal, 21 Espinas de la aleta dorsal, 22 Radios de la aleta dorsal, ...
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